martes, enero 30, 2007

EL AVION, EL AVIOOON!!!

La primera vez que viajé en avión tenía 11 años, me gané un concurso en mi gloriosa Escuela Cadete Arturo Prat Chacón E-10, más conocida como “La Cadete Prat”, en ese instante dos personas del colegio salieron sorteadas para sobrevolar en avión la ciudad de Santiago. Durante esos días me creía el hoyo del queque, bueno aun lo hago, y es que pocas personas tuvieron esa oportunidad. Aun recuerdo que aquella vez viajamos en un bus con todos los afortunados, era un bus donde iban casi 15 niños más de mi escuela que se habían ganado como premio de consuelo un recorrido a toda la FIDAE, pero solo dos éramos los afortunados. En ese bus pasamos a buscar a más gente de escuelas públicas parecida a la nuestra, del tipo de Liceo JKIR5-JJO9 de San Bernardo, o Escuela de la Patrona de la Santa de las Mercedes Licenciadas 23-UUII98. En cosa de momentos el bus se llenó, no me importaba mi felicidad era pletorica, y el escaso presupuesto fiscal destinado para estas actividades no me iban a hacer cambiar de actitud.

Pero el viaje en bus seguía, nos dirigíamos a nuestra ultima estación antes de partir camino a la FIDAE, cuando nos detuvimos en una casa, una casa más bien grande que tenía afuera un cartel que decía algo como: “Centro de Aprendizaje para Infantes con Discapacidades”, al parecer la gente del Ministerio de Educación estaba estirando tanto el presupuesto que inclusive añadió al paseo a alumnos de educación diferenciada, pero lo que ellos no sabían es que estos chicos escasamente abandonan su centro educacional en el año dado el tratamiento especializado que debe realizarse con ellos, por lo que esta ocasión era muy especial, miento, no era especial, ERA LA UNICA, y más encima para observar los aviones sobrevolar el cielo y hacer acrobacias. A que niño no le gustan los aviones?? Una de las cuantas profesiones en las cuales quise trabajar cuando chico fue piloto de avión.

En resumen, estos chicos estaban hiperventilados, sobre-excitados con la posibilidad de ver los aviones y motivadísimos con la idea de salir de clases. Ya cuando los vi por la ventana supe que iba a ocurrir algo, los niños saltaban encima de la gente que se le atravesaba, lanzaban garabatos a quien se le cruzase (la sensación de libertad era abrumadora, supongo) y sobretodo, piropeaban grotescamente (cual obrero de la constru) a cualquier fémina que se le cruzase. Si el bus ya se encontraba repleto antes de recibir a estos chicos, ahora la mayoría de las personas se encontraba pegados a las ventanas. Aun recuerdo a mi compañera que iba en el asiento conmigo, su cara estaba estampada en el vidrio, y tenía miedo, uno de estos niños le decía cosas de dudosa elegancia. Yo intentaba interponerme en el medio cual caballero, pero mis ganas llegaron hasta por ahí no más, sobretodo cuando recibí un cariñoso lenguetazo en la frente de uno de estos pequeños, la sensación aun me acompaña.....

Ahora que me acuerdo, mi amiga se llamaba Paula Cortéz, era buena onda... hace más de 15 años que no la veo, que será de ella? En fin. Saltándonos la parte desagradable del viaje en bus llegamos finalmente a la FIDAE, nos bajamos del bus casi a presión dada la cantidad de gente, pero todo valía la pena, El espectáculo era muy lindo. De repente uno de los encargados se acerca a mi amiga y a mí, es nuestro momento, sobrevolaremos Santiago en avión, por primera vez en mi vida iba a volar arriba de un avión!!!!

Nos dirigimos a una pista de aterrizaje, cuando me percaté en un escuálido escuadrón de niños que estaba sentado en las cercanías, al parecer miembros de otras escuelas municipales, que también habían tenido el honor de ganar un viaje por la ciudad. Unos 12 en total, cuando me acerque hacia ellos me di cuenta de una cruda realidad, las características principales de estos (contándome) eran: prominentes lentes potos de botella, pelo tiernamente engominado por la mami, camisa dentro del pantalón, uno que otro diente repleto de frenillos, rollizos y gorditos, todavía tengo la imagen de un tipo que vestía chaqueta y corbata (con 11 años) siendo que hacia casi 30 grados de calor. En ese momento me di cuenta, era un Grupo de Ñoños!!! Los ganadores respectivos de la escuelas, eran los clásicos mateitos, ratones de bibliotecas y chupamedias de las profesoras (que conste que yo quepo en cada una de esas descripciones), al contrario de ellos, yo nunca tuve la imagen de mateo físicamente hablando, pero si cumplía con todas las características psicológicas que describo, mi amiga, la Paula, era la segunda del curso!! Ahora todo tenía sentido para mi.

Si había un grupo de niños menos preparados físicamente y deportivamente hablando para subir a un avión era ese, ya habían niños que tenían mucho miedo y otros a los cuales se les caía las lagrimas de temor, el cual no era mi caso motivado mucho por la ignorancia y por mi sueño de ser piloto. Hecho que se intensificó, cuando vimos el avión en que iríamos, una especie de avión helicóptero militar, con unas turbinas y hélices enormes que hacían mucho ruido, si había algo que podía hacer que los ya asustados chicos se asustasen más, era eso. Luego de unas breves instrucciones que nos dio el piloto que ni pesqué dada mi emoción, nos arrimamos a subir al avión.

El avión por dentro era como de las pelis, como el avión desde el que se tira Arnold Schawnezeger en “Depredador”, o el avión donde viajan los militares en “La Caída del Halcón Negro”, es decir, no existía la posibilidad de elegir pasillo o ventana, todas las sillas daban hacia la ventana y el asiento era personal, no viajabas con alguien al lado, algo que agradecí después. El interior era muy frío y oscuro, al final del pasillo se podían ver a los pilotos, mis ídolos en ese momento, que lo único que se limitaron a hacer fue a levantar los pulgares al aire para indicar que despegábamos y a bajarlos, cuando aterrizábamos, que manera de hacer más distante el viaje a estos pequeños infelices arriba del avión.

Ya sentado, y con una sonrisa de punta en punta, y con los ojos que se me salían por las cuencas, el avión comenzaba a despegar, y el show recién empezaba. Empezábamos a elevar vuelo, cuando un obeso niño tras mío comenzó a vociferar algo como: “No! mis oídos!! Que pasa!!... No guaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!” al pastelito se le habían tapado los oídos. Muchos niños empezaron a ponerse nervioso y a gritar que querían bajarse, Muy Tarde, el avión ya sobrevolaba la ciudad, hice oídos sordos y me maravillé atisbando el hermoso paisaje. El silencio reinó durantes unos momentos, todos los ñoñitos estaban tranquilizados frente al espectáculo que podían apreciar.

Pero, la tranquilidad no dura para siempre. Sentado al otro lado del pasillo, frente a mí, estaba el chico que a mi parecer era el más merengue de todos, blanquecino y con grandes lentes, llevaba amarrado a su cuello una bufanda, a pesar de la temperatura. Súbitamente el chico comenzó a menear su cabeza con pequeños movimientos pero muy frenéticos, algo parecía que le venía desde el fondo de la garganta, sus acciones eran cada vez más enfermizas, fue cuando finalmente atiné a hacer algo, casi como un flashback recordé uno de los pocos fragmentos de las recomendaciones previas a subirnos al avión que nos habían dado. “Si alguno de ustedes siente la necesidad bajo su asiento hay una bolsa para vomitar”. Antes de que el pequeño llamase a Guajardo recogí la bolsa de mi asiento y se la entregué rápidamente al chico. Sin embargo, cuando tomé la bolsa me di cuenta de algo, era mucho más pequeña de lo que muestran en las pelis. El receptáculo no sobrepasaba el tamaño de un paquete chico de ramitas, y por lo que podía predecir, este chico estaba hecho paras Cosas Grandes.

Y así fue, pasó lo que tenia que pasar, la secuencia quedo grabada en mi mente. La “Devolución gástrica” del niño al interior de la bolsa rellenó rápidamente la capacidad de la bolsa y cada vez más rápido comenzó a fluir fuera de ella. Casi intento sacar la bolsa perteneciente al asiento de este niño cuando uno de los “restos” proveniente de este niño casi cae en mi brazo que quería retirar la bolsa. Mis ganas de ser buen samaritano llegaron hasta ahí. Me limité a mirarlo con pena y una lástima comprensiva. La distancia de los asientos me había salvado de ser objetivo de alguno de sus proyectiles, pero no del olor, el resto del viaje fue bastante desagradable. No para mí que con la mano en la nariz seguí admirando la altura a la que nos encontrábamos.

Cuando aterrizamos, nuestro grupo más desecho que nunca, agradeció el poder haber salido vivo de esa experiencia (un viaje de 15 minutos apenas) y mucho juraron no volver a volar en un avión. Yo al menos, hubiese querido hacerlo muchas veces más, no importa cuanto vomito tuviese que soportar.

Esa es la historia de mi primer viaje en avión. La segunda vez que lo hice fue hace muy poco con una aerolínea que ya no existe que se llamaba Air Madrid, pero eso es material para otro artículo. Muchos saludos a todos, y desde ya les deseo Feliz Cumpleaños al Mimo mañana 31 de Enero, y al Huaso este 4 de Febrero. Se les quiere a todos, bueno a unos más que a otros.. jajaj. Un besho.

PABLO

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Oh!, yo nunca he viajado en avión así que no tengo de esas historias, aunque si tengo hartas de buses, de trenes y de micritos...igual son buenas. Debo decir eso si, que me conformo con las historias que llegan contando mis niños sobre sus vacaciones...viajan a los tremendos lugares los cauros chicos y no tienen ni 4 años. En fin, otro día te cuento.

beshos, tqm.

12:20 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Holaaaaa: yo nunca he viajado en avion asi k no tengo historias de aviones, pero si una de mi tio (el hermano gemelo de mi papá) cachai que el hoy dia viajó a Arica en avion y creo que llegaron al aeropuerto como a las 6:45, el iba muy tranquilo y le dice a mi hermano y a su hijo: - no se preocupen si voy re bien en la hora, tengo pasaje a las 7:15. Cuac!!!...mi hno y mi primo lo mandaron rapidamente ya que uno tiene que estar como dos horas antes no media hora, terrible de huaso mi tio!!...en fin, ojala haya llegado bien.


Posteame mi FOTOLOG!!, pero no pongas nada con respecto a lo que hablamos x mail, sólo comenta lo que veas o leas.

Me voy a la playa, te quiero mucho...Lulu.

3:47 a. m.  
Blogger Chamelo said...

Yo he tenido el agrado de viajar dos veces en avión... y puedo decir con mucha dignidad que mi amor por las azafatas mi hizo darme cuenta que la opción homosexual no era un buen camino...

12:29 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

yo tambien pertenici a esa gloriosa escuela , ahi me comi a toas las minas del curso chaaa pero yo sali el 2003.

saludos. PAC

8:44 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home