un DIA en .....

UN DIA EN..... LA VEGA
Eran las 12 de la mañana y nos encontrábamos en una situación en la que había que decidirla a lo mero macho. veníamos saliendo de una clase de Hospital, después de haber visto a los"hermosos" pequeñuelos de la unidad de pediatría... había que reponerse después de semejanteexperiencia paranormal. Para eso necesitábamos un plato contundente q calmara la anguila.

En eso, uno de mis compañeros, más conocido como el Oveja, recordó aquella frase que alguna vez nos marcó a fuego el viejo maraco de Matemáticas: "CUando quiero comer bien, voy a la Vega. 500 pesos vale el plato de porotos con un huevo encima... y yo me como dos". Claro, el viejo cuico (Belfor se llamaba pal que lo conozca) iba a andar comiendo insumos explosivos a lo pobre... parece que lo único que quería era intoxicarnos.
Y lo peor es que le compramos. Viejo de mierda.

Pues bien, así fue como "Olores" y yo nos subimos al Mustang de dos puertas del Oveja, accediendo a su esplendorosa idea de ir a almorzar a La Vega. "Queda por Independencia parece", dijo, con una abismante seguridad y dominio del plano de Santiago. Al final, después de preguntarle como a 4 fleteros y entrar 2 veces contra el tránsito (y no es chiste, aunque este boletin lo sea), llegamos... Nos embarcamos en la búsqueda de algún suculento Patio de Comidas. Obviamente tuvimos que preguntar como a 10 personas más para llegar a la Vega Chica, que es donde abundan los locales de fast food y gourmettes. Entonces la situación dio paso al escenario más subnormal que he experimentado en mis últimos 2 años de vida. Bueno, siguiendo con la historia, fuimos abordados por un grupo no menor a 15 distinguidas damas, por lo general vestidas de blanco, que comenzaron a acosarnos sexualmente(en especial a nuestro amigo Olores) (ya supondrá por qué le dicen así) en una búsqueda frenética por obtener algún cliente. Dentro de los ofrecimientos se contaba: dos platos por luca, mesa VIP con vista al Cerro Blanco, y el combo Pernil-Tommy Cola-Cardo'e shoro-Cólera, entre otros, todos de locales diferentes. Obviamente las señoras trataban de engrupir con sus mejores (y únicas) armas. Después de considerar los pro y los contra de cada vieja, Olores escogió un espacioso local en el que con suerte cupimos en la barra (sí, habiendo como 50 locales con mesa, el matewea se metió a uno con barra... más matewea son los que le hacen caso).

El menú era mechada o pollo con agregado, más su tonto cardo y una Bilz. Nada mal por luca, porlo demás. Nadie se quejó ni quedó con hambre. Además, igual las dependientas del local (3 señoras salerosas y wenas pal hueveo) se encargaron de amenizar la jornada. Una de ellas, peruana (de ascendencia holandesa, creo) se ufanaba de su supuesta potencia sexual mofándose de un humilde ciudadano de la tercera edad: "¿Este abuelito? Con una noshe lo mato!". Después de comer nos aprestábamos a retirarnos, cuando al par de salames se les ocurrió comer lasaña. Dos lasañas por mil querían... la Comehombres limeña no pensaba regalarles a ese precio su valiosa creación, así que nos hizo esperar media hora hasta antes de acceder a darles su guapa lasaña por luca. (oiga) Resultado: los aweonaos no comieron la lasaña, se la tragaron, salimos corriendo a la Universidad (sí, teníamos clases) y llegamos media hora tarde. Total, Olores y Oveja, el par de pasteles, cuál de los dos llega más tarde a las clases...Ah, y me faltó mencionar que Olores llegó con diarrea al día siguiente. Yo llegué con dispepsia (lo siento, el lenguaje médico me corrompe y me da paja dar explicaciones insulsas, así que imagínese cualquier comercial de Disfrutab -de los finitos- y sabrá de lo que hablo). Sólo Oveja salió indemne de la wea... obvio, siempre el pastel que invita sale sanito.... No diga que no se lo advertí: nunca acepte comer en esos locales que se las dan de barateli. Al final igual le sale más caro la cuenta del H2O (por las 30 tirás de cadena al día por una semana) y la receta del gastroenterólogo.